viernes, octubre 20, 2017

BALADA DEL RÍMEL CORRIDO | EDICIONES EN HUIDA | 2015

ANIMAL

Te tiran al arrullo, 

te pesan,
te vacunan
y así te llaman.


Vas al patio del colegio, 

a veces te machacan
y lloras el babero,
a veces muerdes

y llora El Otro Débil.

Te haces hembra
y te gustan los chicos,
alguno te mete mano
en los bancos de los álamos. 

Bebes chupitos
hasta que se incendia la niebla.


Te llega el poco conocimiento
que no enseñan en Conocimiento del medio 

y sueñas con filósofos
y tesis en despachos
y señores con corbatas
y una seriedad, a veces, agnóstica.


Luego el trabajo:
ese centro de animales voraces 

con dientes amarillos
que atacan como para preñar
y dar camada.
Ah, el trabajo
−se te arrastra larga la lengua−.


Va pasando todo.
Más o menos amores.
Más o menos migrañas.
A veces tu cuerpo engorda,
a veces marca costilla.
Mandas al carajo a Adán
−la basura no es bíblica, es solo hez−.


Va llegando el gris por la almohada. 

Lo de siempre:
otoño, bucle,
spleen, cansancio.
Pero repentino sisea el deseo;

es un bonito animal salvaje 
que cabe entre las manos
y saca a los políticos de las conferencias 
y resucita dinosaurios
y arrasa −ah, el deseo−,
arrasa nuestro pobre colchón
tal que una guerra.







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