sábado, enero 13, 2024

MONTY VINO A MÍ: IMPRESIONES SOBRE UN ENSAYO DE MÚSICA ROCK Y GÉNERO


Se suele pensar que los círculos rock -espacios culturales y de libertad- están exentos de machismo, a salvo del alien; eso que sentimos tan ajeno los "seres de cultura".
Recuerdo que, en un festival pequeño y autogestionado en Sueca, tras el concierto de una banda amiga, obligué a un miembro del público a pedir perdón a la cantante por un comentario. Todo el mundo lo escuchó pues lo había lanzado al silencio tras el final de una canción. También la expareja de la cantante lo oyó, pues tocaban juntos en el mismo grupo y se hallaban ambos en el escenario. Aquel hombre, aparentemente cisgénero, espetó: "¡Que se baje el volumen el guitarra y que se suba la falda la cantante!". No fue fácil, para mí, aproximarme al individuo -repito, que muchos reprobaron el comentario pero nadie hizo nada al respecto-; cuando corregimos una actitud violenta, por ejemplo, un piropo de un extraño, las mujeres nos exponemos a nuevos ataques. Lo hice, me armé de valor. La cantante luego me confirmó que se había disculpado con ella. Ahora me alegra haberlo hecho y me extraña que el resto callara.

El diablo vino a mí, de Monty Peiró (Saigón editorial, 2023), es el ensayo que yo estaba esperando. A lo largo de mi
vida de música, o simplemente "de mujer", he sufrido innumerables momentos como el relatado y observado actitudes agresivas hacia mí o mujeres de mi entorno: en el trabajo, en recitales de poesía, en entrevistas, en supuestas zonas de seguridad entre amigos o en pareja. Las palabras de Peiró llegan para identificar, nombrar y, después, hallar cierta paz (la autora misma comenta que redactarlas la han ayudado con un síndrome que nos persigue a muchas: el de la impostora). Me muestran con  una voz científica (la de una psicóloga y antropóloga) y con una voz testimonial (la de la música que ha vivido situaciones horribles en su propio cuerpo -el cuerpo cobra mucha importancia en el texto, por cierto-) que el patriarcado actúa en todos los niveles. No, señor, el  musical no está a salvo. 

"Yo no soy machista, yo soy culto, yo leo" no sirven de una mierda. Una expareja músico alardeaba de feminista y me tuvo en una relación durante cuatro años machacándome para, al final, abandonarme en un párquing de un centro comercial (todo esto inspiró mi libro Curso avanzado de perra). "Yo no soy machista, yo soy culto, yo leo" debe de decir todas las mañanas la eminencia Arturo Pérez-Reverte, pero luego escribe textos en los que exuda machismo como "Mujeres como las de antes", cosificándonos y pidiendo un tiro de gracia si no tenemos el aspecto requerido: https://arturoperez-reverte.blogspot.com/2013/02/mujeres-como-las-de-antes.html 
"Yo no soy machista, yo soy culto, yo leo, pero sospecho de las mujeres músicas y sus habilidades con los instrumentos, aunque mis amigotes roqueros hagan letras manidas y mediocres y no pasen de un la, mi, re". "Yo no soy machista, yo soy culto, yo leo", sin embargo, como crítico musical empleo la edad como un arma contra las mujeres músicas, al tiempo que destaco las virtudes corporales de Sting, a sus años (de nuevo el manido mito del madurito. interesante). "Yo no soy machista, yo soy culto, yo leo, pero  te diré que aquella es una femme fatale, la otra enseña los pechos y está loca, aquella grita demasiado cuando canta; que las mujeres no deben gritar cuando cantan, que no es femenino".

El libro que ha escrito la excomponente de Sweet Little Sister no es para todo el mundo: hace falta una predisposición a cierto entendimiento, o epifanía. Yo misma me reconozco a veces en actitudes que aborrezco y estoy en vías de desintoxicación. ¿Estoy intoxicada? Obviamente, todo el mundo vive en el patriarcado y, como del capitalismo, no es fácil escapar (recuerda Peiró al respecto las palabras del etnomusicólogo John Blacking cuando señala que la música no es más machista que la sociedad sino un reflejo). Yo misma, que soy mujer, cisgénero, blanca, que reúno muchos privilegios y estoy atenta para construir la mejor versión de mí misma, reconozco que me queda camino. Pero tengo los ojos abiertos y, para ellos, el ensayo de Peiró es luz. Con una prosa ágil, nada alambicada -que no simple-, aporta aspectos que no ofrecen otros libros musicales que yo haya leído. Así, analiza los espacios del rock  de la mano de Foucault (bambalinas, el propio escenario, la carretera...); aporta muchos nombres de pioneras en los comienzos del género y hasta nuestras adelantadas más cercanas; se apoya en expertas y expertos sobre musicología (v.gr. Sakira Ventura), antropología, filosofía; incluye testimonios propios y de otras mujeres (o personas trans: aporte este, verdaderamente valioso pues nos permite analizar cómo se recibe un tratamiento u otro dependiendo del género) o señala el veneno del canon y sus tácticas (vía Joanna Russ) para dejar fuera del mismo a las mujeres.

Palabras certeras, alentadoras, hermanas, que en principio solo se dejan un par de asuntos por resolver: la cuestión del lenguaje (¿cómo expresar, por ejemplo, que una artista es, en nuestra opinión, la mejor, incluyendo hombres y mujeres dado el masculino universalizador, y dado que el canon es masculino occidental? Y, de otro lado, el asunto de las drogas y su romantización (así cierra el apartado "Las drogas. Como las Grecas", con la propia duda), que yo aquí no responderé porque no es mi libro (LOL).

Y, a la vez, palabras oscuras, porque señalan que todavía queda mucho por hacer. ¿En serio? ¿Frisando ya el cuarto del siglo XXI? ¿Cuánto queda, mami?

Cuando Juan Vitoria me invitó a tocar en 2022 en una de las fiestas por los 20 años de Discos Ámsterdam, enseguida pensé en hacer versiones de mujeres o de bandas con paridad (no suelo incluir covers en mi repertorio pero era condición sine qua non). No me costó nada diseñar el setlist pues, aunque me he criado con el canon masculino, lo he ido ampliando desde la adolescencia (cuando comencé a descubrir  mis propios referentes, tan necesarios para Peiró, en mi caso: 4 Non Blondes, Björk, Tori Amos, Alanis Morissette, PJ Harvey o Ani Di Franco); al final, escucho muchas mujeres. Siempre he pensando que, en escritura, en música, en general en todas las artes, como lo interesante y disidente sucede al margen, lo más auténtico era obra de mujer. Así, salí actuar a la guitarra (Roberto Timón a los tambores), con un breve repertorio de canciones de otras: Angel Olsen, Arcade Fire (Régine Chassagne a la voz), Pixies (a la voz, Kim Deal) o Beach House. Llevaba los brazos al aire, que sirvieron de lienzo pues me los llené de nombres de mujeres escritos con rotulador. Las mujeres que en ese momento caí en que habían sido mis referentes, también Cecilia. Quise aprovechar esa noche y ese lugar, sin tener demasiada certeza de la transcendencia de nada, para reivindicarlas.

El estupendo ensayo de Monty Peiró reivindica también el trabajo de las mujeres músicas, aunque parece que la solución que ve la autora es que el canon se abra a ellas, a nosotras, no que nosotras entremos virulentamente a destruirlo.  Sea como sea, no es un libro para todo el mundo; no para ti, si sostienes que no eres machista, que lees, que eres culto.
Y, ahora, contesta, tú, que amas la música y que tienes una banda: ¿cuántas instrumentistas te han formado? ¿Cuál es tu música de cabecera? ¿Cuántas versiones de mujeres incluyes en tu repertorio?  
Ah, tal vez tú también necesites este libro porque el canon, como los Reyes (como el dinero -seguimos aquí a Noah Harari-), somos y lo hacemos todo el mundo.


1. Libro de Monty Peiró, mas que subrayado.


2. Fiesta por los 20 años de Discos Ámsterdam en 16 Toneladas.



3. Reseña de un bolo en el que se aprecia que parezco buena y luego soy gritona.


4. Foto en el camerino del Loco Club, fiesta Exile SH Magazine, 2023.


5. Una de tantas pintadas que debo visualizar en los camerinos del Loco Club (las hay en todos los garitos).

6. "Reparación" de la imagen anterior. Si llevo rotu, intervengo alguna (siempre hay representaciones de penes y testículos en los backstage. Mis alumnos de 12 años también los dibujan en paredes y mesas del instituto.




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