Lanzar mi sistema simpático
al mar, sacar estrellas, reflejos
de mi sexo, ser elemento, infinitesimal
silbido que roza el ala ilusa de gorrión,
niña-galgo por las dunas levantinas
recogiendo luz en la falda y lloro,
porque la melancolía está bien:
ni lucha ni huida ni parálisis;
contar cuentos de animales con las piernas,
cantar jarchas dolientes a la madre,
aterrar los pies sin lobo
tras de mí, dulces con los dedos
en mis labios, un poco más de tu nombre
como carne como tiempo como erizo;
poco de mí -de jaula y noche- vía
abierta, sin balizas, con trenzas vegetales
y lengua de Sol por mi cintura hembrística.
Soy pequeña, quepo ("No me)
en el lomo de una hormiga (hieras").
3 comentarios:
Aunque por los misterios de google, no lo leeras seguramente, me pareció muy hermoso.
Salud.
Inspirado poema, Carolina. Me ha gustadomucho. Parece de esos que salen casi solos, aunque seguro que tiene una buena carga de trabajo detrás.
Lo único que me ha "malsonado" (aparte de que no figura en el RAE y tampoco me parece una buena aportación poética neologística -premíteme la crítica-) es lo de "hembrística".
Felicidades.
¡Tenía los comentarios "camuflados"! Perdón.
Un abrazo a los dos. Gracias.
Publicar un comentario